Llegué a la ciudad de Dali, situada en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China, en una clara mañana de junio de 2023. Fui recibido ahí por He Licheng, un residente local y agricultor de la cercana aldea de Gusheng. Como otros adultos mayores de la región, He Licheng recordaba cómo el prístino lago Erhai de su infancia, en los años setenta y ochenta, se había contaminado tanto en los noventa y dos mil que sus características flores de tres pétalos, conocidas localmente como haicaihua (Ottelia acuminata), habían dejado de florecer.
Debido a que la planta es extremadamente sensible a la contaminación, su presencia o ausencia en el lago se considera un indicador biológico de calidad del agua en la región. Por a una combinación de factores en el período de reforma y apertura, que incluyeron el desarrollo económico de la zona, el aumento del uso de pesticidas y fertilizantes con la “Revolución Verde”, el crecimiento de la población y el aumento del turismo y la migración, la calidad del agua en la cuenca del lago Erhai se fue deteriorando de manera constante. Hace una década, en 2013, el lago Erhai experimentaba brotes a gran escala de algas verdeazuladas, y la calidad del agua se consideraba inadecuada para el contacto humano. Sin embargo, en el momento de mi visita, una década después, la prefectura autónoma de Dali Bai se había transformado radicalmente. Como parte de la campaña del Gobierno central para el alivio de la pobreza, lanzada en 2013 y completada en 2020, los once condados afectados por la pobreza de la prefectura, que comprenden treinta y cuatro municipios y 541 aldeas, salieron de la pobreza extrema.
En total, 413.100 personas de la prefectura de Dali salieron de la pobreza extrema en esta campaña, parte de los casi 99 millones de personas que lo hicieron en todo el país. Todos alcanzaron el nivel de vida de “un ingreso, dos seguros y tres garantías”, lo que significaba que (i) sus ingresos superaban un nivel mínimo, (ii) tenían asegurados alimentos y ropa, y (iii) tenían garantizados servicios médicos básicos, vivienda segura con agua potable y electricidad, y educación gratuita. Junto con la campaña de alivio de la pobreza de la presidencia de Xi Jinping, los intensos esfuerzos de protección medioambiental devolvieron la limpieza y potabilidad a las aguas del lago Erhai tras una batalla de décadas.
Ya a finales de la década de 1990, empezaron a manifestarse problemas como la proliferación de algas, lo que hizo necesarias las primeras medidas, que incluían la prohibición de las redes y los barcos de pesca motorizados y la prohibición de los detergentes que contienen fósforo. Sin embargo, estas medidas no pudieron seguir el ritmo de la contaminación y también provocaron una recesión económica. A principios de la década de 2000, Pan Yue asumió el cargo de viceministro del Ministerio de Protección Ambiental; en la actualidad, es el jefe de la Comisión Nacional de Asuntos Étnicos. Como uno de los viceministros más jóvenes de la historia, Pan transformó el enfoque del país en materia de evaluación del impacto ambiental, deteniendo algunos de los proyectos más grandes con un total de 112 mil millones de yuanes en inversiones y aplicando enormes multas a los infractores. En un discurso pronunciado en 2007 ante un grupo de jóvenes estudiantes, afirmó que “la contaminación ambiental ha limitado gravemente el crecimiento económico” y que “la injusticia social conduce a la injusticia ambiental, que a su vez exacerba la injusticia social”. Pan consideraba que la protección del medio ambiente era esencial, y no estaba reñida con el crecimiento económico de China.
Fue durante esa época cuando el profesor Kong Hainan, a su regreso de sus estudios en Japón, dirigió un equipo de la Universidad Jiao Tong de Shanghái para estudiar el contaminado lago Erhai. Los hallazgos y los informes que presentaron llevaron al Consejo de Estado a aprobar un proyecto nacional de control y tratamiento de la contaminación del agua en 2006. El lago Erhai se convirtió en un campo de pruebas clave para el equipo de Kong, que descubrió que la fuente de contaminación más importante era el cultivo de un tipo local de ajo de un solo bulbo en las orillas del lago. Cuando el Gobierno local comenzó a restringir estas actividades a zonas situadas a más de 200 metros de la costa, se animó a los agricultores a plantar otras variedades de cultivos generadores de ingresos y a disminuir o sustituir el uso de fertilizantes químicos.
Conseguir el consenso de los agricultores locales no fue tarea fácil y requirió el esfuerzo conjunto de toda la comunidad, con científicos, miembros del Partido Comunista de China (PCCh), profesores, médicos y otros funcionarios públicos que predicaran con el ejemplo y pidieran a sus familiares que hicieran lo mismo. Kong Hainan, por ejemplo, se comunicó personalmente con los medios de comunicación, fue de puerta en puerta para hablar con los residentes, escuchó sus preocupaciones y los convenció de que las amenazas a la salud del lago afectaban en última instancia al sustento a largo plazo de todos los residentes.
Kong Hainan es uno de los muchos científicos que se han propuesto garantizar la restauración del lago, lo que, a su vez, garantiza que las políticas y medidas del Gobierno local se basen en la ciencia. Durante los últimos quince años, la Universidad Agrícola de China ha estado explorando un modelo de “patio de ciencia y tecnología”, en el que los estudiantes de posgrado son enviados a la primera línea de la producción agrícola, viviendo, trabajando y produciendo junto a los campesinos locales. Juntos, pudieron identificar problemas fundamentales, como las fuentes de contaminación, abordar cuestiones prácticas a nivel de base e innovar para encontrar nuevas soluciones, como los biofertilizantes y los pesticidas. Este fomento de la confianza día a día ha sido un sello distintivo de las campañas rurales de China, desde la mitigación de la pobreza hasta los esfuerzos de revitalización rural.
La trayectoria vital de He Licheng, el residente local que me recibió durante mi visita, ha estado completamente entrelazada con la del lago Erhai. Ha sufrido directamente tanto la contaminación como las oleadas de medidas medioambientales gubernamentales de las últimas décadas. Al haber crecido en la aldea de Gusheng, se ganaba la vida con la pesca y la piscicultura. A mediados de la década de 1990, tras la prohibición gubernamental de los barcos de pesca motorizados, se vio obligado a vender su barco para obtener chatarra. Cuando se prohibieron los estanques de peces, construidos por ellos mismos, se fue a buscar trabajo a otra parte y regresó unos años después para abrir una casa de huéspedes después de que el proyecto gubernamental “de aldea a aldea»”llevara carreteras hasta su puerta. Más tarde, su casa fue una de las 1804 que se reubicaron en una comunidad cercana para restaurar los humedales de la zona en la que vivía. Finalmente, en 2021, He Licheng alquiló un terreno en su pueblo natal para dedicarse al cultivo de arroz y canola bajo la dirección del Grupo de Recuperación Agrícola de Yunnan. Al final de esta larga odisea, He Licheng expresó su orgullo por contribuir a la protección de esta investigación colectiva y está en proceso de ser miembro candidato del CPC.
La restauración del lago Erhai es un ejemplo concreto de la transformación ecológica de China en los últimos años, que tiene como objetivo corregir los daños medioambientales que acompañaron a la rápida expansión económica, al tiempo que se establece un nuevo rumbo en la transición hacia una nueva economía energética. En los últimos años, el presidente Xi Jinping ha hecho hincapié en el concepto de “civilización ecológica” como uno de los elementos clave de la modernización socialista de China y ha promovido “montañas verdes y aguas cristalinas”, una visión rectora que considera la protección del medio ambiente como una base necesaria para la prosperidad económica y social, en lugar de estar reñida con ella. El lago Erhai es un buen ejemplo de cómo la visión del Gobierno central se traduce en la práctica a nivel de la comunidad local, combinando la investigación científica, la movilización dirigida por el Partido y la democracia de base.