En otra demostración de que la lucha por los derechos de las personas LGBTQ en la India va mucho más allá del derecho al matrimonio, una disputa en un supermercado Reliance Fresh en el elegante barrio de Jodhpur Park, en el sur de Calcuta, adquirió repentinamente un carácter siniestro el 11 de febrero. Lo que inició como una discusión por un lugar en la fila, se convirtió en un asalto multitudinario fuera de la tienda.
Los miembros de Sappho for Equality que estuvieron involucrados inicialmente, o que llegaron para ayudar, fueron agredidos verbal, física y sexualmente. Sappho es una organización con sede en Calcuta para lesbianas, mujeres bisexuales y hombres trans que dirigen, además, una cafetería cercana.
“Este incidente ocurrió en nuestro propio vecindario – conocemos este lugar –, y fue bastante impactante para nosotros”, dijo Shreosi, un miembro de la organización que no estuvo presente durante el asalto, pero que está en contacto con los que sí lo estuvieron.
La policía cercana no intervino inmediatamente en el incidente, durante el cual los miembros de Sappho fueron agarrados y golpeados con cascos. Cuando la policía finalmente respondió, retiraron a los miembros de Sappho de la escena en lugar de detener a la multitud. Luego, los heridos fueron llevados a recibir atención médica y se presentó una denuncia.
Ree, una de las cinco miembros de Sappho que fue agredida, dijo: “El trauma que se ha creado es una verdadera carga. El dolor físico se aliviará, pero no sabemos cómo se aliviará el resto”.
Ser queer o trans en la India es una realidad quijotesca hoy en día. No hay duda de que se han hecho progresos a lo largo de las últimas décadas, sobre todo con la despenalización de las relaciones entre personas del mismo sexo en 2018. Esos avances fueron “frutos del trabajo de millones y millones de trabajadores queer y trans”, dijo Shreosi.
Sin embargo, incidentes como el ocurrido el martes en el parque Jodhpur demuestran que, lo que Sherosi llamó “homonegatividad y transnegatividad”, sigue estando muy extendido.
Además, no se trata solo de ataques físicos. Desde el nacimiento hasta el trabajo y la muerte, las personas queer y trans en Calcuta y en otros lugares tienen que lidiar con vidas a menudo difíciles. Esto incluye su cotidianidad, como pasar una docena de horas sin acceso a un baño, el desempleo y los bajos salarios, o enfrentarse a la vejez en soledad sin las familias natales que los han rechazado.
Y además de esas realidades sociales cotidianas, también tienen que enfrentarse a ataques multitudinarios, como al que se enfrentaron los miembros de Sappho el 11 de febrero y en el pasado. “Ponemos en juego nuestra propia seguridad en muchas ocasiones”, dijo Shreosi.
Describió un incidente ocurrido hace dos años en un pueblo del cercano distrito de Howrah, donde los miembros de Sappho intentaban intervenir para evitar que una joven fuera obligada a casarse.
“Nos rodeó una turba… vimos cómo una multitud puede volverse violenta en cuestión de segundos”, dijo.
Las causas de este odio hacia las personas LGBTQ se entrecruzan con otras formas de opresión. “La violencia también es interdependiente de otros discursos”, dijo Shreosi, citando factores como la clase social y la etnia.
Srijan Bhattacharyya, secretario adjunto de la Federación de Estudiantes de la India, también señaló factores superpuestos.
“Las raíces de esta anarquía están arraigadas en las incertidumbres socioeconómicas de nuestro pueblo, que han crecido durante la presente administración”, dijo Bhattacharyya. “Las personas en el poder están practicando el mayoritarismo de todas las formas, marginando a los ya marginados”, dijo.
Aun así, no todo es desalentador. “También hay historias de esperanza”, insiste Shreosi. “De lo contrario, no habríamos podido seguir vivos hasta ahora”, dijo.
La comunidad queer y trans de Calcuta, y de la India en general, solo puede luchar para garantizar que algún día esas historias superen la violencia estructural y directa como la que se produjo en el parque de Jodhpur el 11 de febrero.