A Bikram Singh se le agota el tiempo de su visado post-estudios en Canadá.
Singh es uno de los cerca de 70.000 inmigrantes a los que se les vendió el sueño canadiense de acabar convirtiendo el país en su hogar, pero que ahora se enfrentan a un futuro incierto con sus permisos de trabajo a punto de expirar en diciembre de 2024. Llegaron de lugares como India, China y Filipinas, y vendieron sus tierras y pertenencias en sus países de origen, pidieron préstamos o asumieron otros enormes compromisos para llegar a Canadá.
“Vinimos aquí por nuestro futuro. Aquí te prometen una residencia permanente fácil”. Sin embargo, debido al retraso del sistema de inmigración canadiense, ahora es más difícil conseguir la residencia permanente que en el pasado, afirma.
“Exigimos una oportunidad justa. Ahora nos dicen: ‘Nunca les prometimos [la residencia permanente]’”, afirma Singh.
Canadá cuenta con un sistema de visados post-estudios para los estudiantes que se gradúan en los colegios y universidades canadienses. Este año, con unas próximas elecciones en 2025, los partidos políticos canadienses están jugando con la vida de los inmigrantes al endurecer las políticas de inmigración del país, lo que provoca que sus visados ya no puedan renovarse, como ocurrió durante la pandemia del COVID-19. Los partidos también han recurrido a tácticas de campaña xenófobas.
Singh afirma que “todos los partidos políticos están jugando a este juego sucio”, en el que se culpa a los inmigrantes del desempleo, la crisis inmobiliaria y la inflación. Como resultado, los votantes canadienses “no conocen a su verdadero enemigo. La clase dominante de Canadá desvía su ira”, dice Singh, del “sistema capitalista imperialista canadiense”.
Más de 50 trabajadores-activistas de la Red de Apoyo Naujawan (NSN, por sus siglas en inglés) y del Comité del Permiso de Trabajo Post-Graduación (PGWP, por sus siglas en inglés) han establecido un campamento al aire libre de 24 horas en Brampton, Ontario, un suburbio de Toronto. Hasta el 19 de noviembre de 2024 llevan allí, llueva o haga sol, más de 80 días.
Quieren que se les amplíen los visados de trabajo para 2024 y 2025: más de 200.000 permisos de trabajo. Además, exigen visados de trabajo de cinco años para todos los estudiantes internacionales, una vía justa hacia la residencia permanente y el fin de la explotación en el marco de las Evaluaciones del Impacto en el Mercado Laboral (LMIA, por sus siglas en inglés).
Las LMIA son documentos que las empresas canadienses deben obtener para contratar a muchas categorías de trabajadores temporales. A través de estos documentos, demuestran que no había ningún ciudadano canadiense o residente permanente disponible para un trabajo concreto.
Aunque esto pueda parecer inofensivo en teoría, Singh afirma que, en la práctica, las LMIA son una forma de generar dinero para las empresas por debajo de la mesa, al tiempo que se ata aún más a los trabajadores a un único empleador. Es una receta ilegal para la explotación, “pero todo el mundo sabe que esto está ocurriendo”, dice Singh.
Las LMIA no son la única forma en que las instituciones canadienses han hecho dinero a costa de los inmigrantes. Singh afirma que las facultades y universidades realizaron un exceso de matrículas durante la pandemia del COVID-19 para ganar dinero con los estudiantes que tomaban clases desde casa en sus países de origen.
En 2024 se han producido varias protestas en otras provincias de Canadá, como las de Manitoba y la Isla del Príncipe Eduardo, además de la protesta del Comité NSN y PGWP.
Las próximas elecciones canadienses son sólo las últimas en verse afectadas por la xenofobia. En 2024, la política antiinmigración se ha impuesto en todo el mundo, desde la India hasta Túnez, pasando por los Estados Unidos de Donald Trump, en un año repleto de elecciones importantes.
En 2020, había unos 281 millones de emigrantes en todo el mundo, que representaban el 3,6% de la población mundial, según las Naciones Unidas. Los flujos de remesas, o dinero enviado por los emigrantes a sus países de origen, ascendieron a 831.000 millones de dólares en 2022, una cifra mayor que las economías de muchas naciones.